Arrio
Arrio (256-336), presbítero de
Alejandría, al parecer de origen libio, discípulo de Luciano de Antioquía, afirma
el protagonismo absoluto del Padre, principio único de todos los seres.
Arrio
Para Arrio, el Logos, que no es eterno ni coeterno al Padre, ni increado como éste, porque del
Padre ha recibido la vida y el ser. Antes de ser engendrado no existía. Y como
la Divinidad no sólo es increada, sino que es también ingénita, no engendrada,
es claro que el Logos no es propiamente Dios. Fue creado de la nada. Fue la
primera creación de Dios, pero hubo un tiempo en que no existía. No participa
realmente de la Divinidad, sino que ocupa más bien un lugar intermedio entre
Dios y el Universo creado. Él fue el instrumento divino empleado en la
creación; y en este sentido, por él
fueron creadas todas las cosas. Y el Espíritu Santo es la primera criatura
del Logos divino.
De esta forma, presentado Christos a los paganos, no resultó para ellos inadmisible, puedieron creer en él sin demasiada dificultad. En esta visión,
relacionada con el neoplatonismo de un demiurgo intermedio entre Dios y el
mundo, el Verbo encarnado no es Dios.
El arrianismo se difunde con enorme rapidez y
extensión, junto a él se producen muchas variantes; subordinacionismo, adopcionismo,
nestorianismo. Christos, no es propiamente Dios; es un hombre divino, perfectamente unido a
Dios; pero es sólo hombre.
El Arrianismo recibe un golpe
mortal precisamente en España, hacia el año 600. Los visigodos que invaden
Hispania a mediados del siglo V son arrianos. Leovigildo pretende unificar sus
reinos en el Arrianismo; pero sus dos hijos se convierten al catolicismo.
Recaredo (586-601) logra la unificación y desde entonces, desaparece prácticamente el Arrianismo, mantenida
apenas por los longobardos, pero pervive de algún modo en el Islam, de modo que
al principio los musulmanes fueron a veces considerados como una variante del
arrianismo, porque también ellos eliminaron el dogma de la encarnación en su
nueva religión.
Arrio
Pelagio (354-427), monje de origen británico, negando el pecado
original, y el estado de la naturaleza humana caída, enseña un optimismo
antropológico según el cual el hombre puede cumplir todos los mandamientos de
Dios sin el auxilio de su gracia. La gracia de Dios es propiamente el libre
albedrío que ha concedido al hombre. Dios nos da en Cristo un modelo perfecto
que expresa en su Evangelio y en su vida la voluntad de Dios. Pero,
estrictamente hablando, no necesita el hombre del auxilio de su gracia para
realizar lo que sabe que debe hacer. En este sentido, la oración de petición no
tiene sentido, es inútil. ¿Para qué pedir a Dios lo que el hombre, si quiere,
puede realizar por sí mismo?
Pelaggio
Los monjes pelagianos, cuando eran rechazados
en Iglesias locales, se refugiaban al amparo de Obispos arrianos. Y el
movimiento se daba también a la viceversa.
Nicolas de Bari golpeando a Arrio de Alexandria
Nicenos y anti-nicenos.
El Concilio I de Nicea (325). Que
buscó unificar el cristianismo sirvió como instrumento de persecución contra
los Arrianos quienes fueron condenados como herejes.
Hereje condenado
Aunque Nicea logra empoderar a la
Iglesia de Roma, su victoria no fue inmediatamente absoluta. En el tiempo
siguiente, existieron emperadores arrianos, Obispos arrrianos y semi-arrianos,
que aceptan el arrianismo activamente, o que al menos lo admiten pasivamente,
absteniéndose de combatirlo.
Arrio
Constancio II (337-361), sucesor de
Constantino en Oriente, favorece fuertemente el Arrianismo. A fines del siglo IV, Teodosio I
(346-395), proscriba el Arrianismo y declara finalmente la fé romana como
religión oficial de todo el Imperio romano (391), prohibiendo incluso los
cultos paganos, tolerados hasta entonces.
Teodosio I
LVX
05/02/2020
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