Asumiendo
la arrogante pose de una deidad solar, Yaldabaoth
falsamente se cree a sí mismo ser
el único dios en el cosmos entero.
Así, para los Gnósticos, la identificación de Yaldabaoth con YHVH del Antiguo Testamento, una deidad que sufre de este gran complejo de egotismo cósmico, es una inevitable conclusión, prefigurada en el mito de origen Sophiánico.
Siendo ciego, Yaldabaoth no puede percibir el Pleroma ni reconoce a Sophia, su madre que lo produjo a él en primer lugar.
Yaldabaoth se vuelve caprichoso, inflado de grandiosidad, causando que Sophia sienta vergüenza y quiera esconderlo de la vista de los Aeones Plerómicos: Ella lo lanzó lejos de su resplandor, para que ninguno entre los inmortales lo pudiera ver…
Ella se unió a una nube luminosa
con él, y colocó un trono en medio de la nube.” (Apoc Juan BG 38, 1-10)
Sophia organizo el Dema y produjo
unilateralmente los Arcontes, según otra versión los Arcontes son producidos por Yaldabaoth
Sophia da a luz, luz, como una explosión al nacer una estrella, los Arcontes se arremolinan en el vortice de la implosión-explosión y Sophia misma entrona a Yaldabaoth en el centro de esa Nébula. Pero Yaldabaoth es ciego.
Sophia da a luz, luz, como una explosión al nacer una estrella, los Arcontes se arremolinan en el vortice de la implosión-explosión y Sophia misma entrona a Yaldabaoth en el centro de esa Nébula. Pero Yaldabaoth es ciego.
Ignorados por Yaldabaoth, los Arcontes proceden a fabricar el Universo de los elementos inorgánicos de los cuales ellos están compuestos. Como no tienen Anoia (intencionalidad) ni Epinoia (capacidad creativa) propia, ellos solo pueden hacer esto por imitación.
El Apócrifo de Juan (II, 10, 24-25) describe cómo Yaldabaoth: produjo por él mismo mundos cíclicos de la chispa luminosa que todavía brilla en el cielo.
Sin
embargo, Yaldabaoth no origina
nada. El solamente puede copiar el modelo del Pleroma sin siquiera saber
que lo hace:
Y él fue sorprendido por su
propia arrogancia, ya que parecía engendrar exousiai (autoridades) de su propio
poder solitario.
Y vino a existencia el stereoma (firmamento),
correspondiendo a las formaciones cíclicas del Pleroma. (II, 10, 26-28, and 12,
25)
Las enseñanzas gnósticas constantemente hacen énfasis en que los Arcontes son imitadores que no pueden producir nada original, y sin embargo, arrogantemente afirman que pueden.
El cosmos que produce es descrito por el término cóptico, hal, (simulación). El stereoma es una proyección intrascendente y simulada de la realidad trascendente del Pleroma.
Yaldabaoth, el supuesto creador todopoderoso Dios, realmente no crea nada; en
vez de esto, copia los arquetípicos patrones del Pleroma.
Los principales textos cosmológicos de Nag Hamadi sobre el origen del mundo, la Hipóstasis de los Arcontes y el Apócrifo de Juan, son consistentes en describir cómo el Universo surge como una simulación de los patrones eternos del Pleroma.
El Stereoma
de los Arcontes pareciera un
logro grandioso:
Ahora, el padre principal (el
archi generador), el creador principal de los Arcontes, puesto que él ordenó
vastos mundos orbitantes, produjo cielos para cada uno de sus retoños… bellas
moradas, y en cada cielo, Yaldabaoth
produjo gloriosa decoración, siete veces excelente: tronos y mansiones y
templos y también carrozas y vírgenes celestiales… consignando a cada una su
propio reino como cielo y proveyéndolos con poderosos ejércitos de dioses y
comandantes y mensajeros y vigilantes, en incontables miríadas, para que todos
sirvan y sean servidos. (Sobre el Origen del Mundo. 14, 29, 14, 28).
Sin embargo tal es la ignorancia de los Arcontes que no pueden comprender el divino orden del Pleroma, aun cuando lo están imitando.
Adaptado por
T. Α Β Ρ Α Ξ Α
Σ קדוש del
texto de John
Lash, publicado en http://gnosisdeldiamente.blogspot.com/2013/08/orden-simulado-jehova-yaldabaoth.html.
LVX
05/12/2019
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