La Astrología Judía I




Por Alfredo Ballestín Serrano

La investigación histórica sobre el judaísmo ha contado desde hace décadas con una importante nómina de investigadores en todas las áreas del  conocimiento, como lo demuestra el que la cultura y la ciencia judías cuenten con un extenso bagaje bibliográfico, posiblemente uno de los más ricos y extensos del panorama científico universal. En lo que al judaísmo hispano se refiere hay abundantes estudios de carácter histórico, filosófico, literario, etc.

Conocemos gracias a ello las reiteradas aportaciones de los judíos a la historia de la cultura y de la ciencia de la humanidad.

Es por eso motivo de extrañeza el déficit y, en su caso, la superficialidad del tratamiento que la historiografía general ha dado a las relaciones y, sobre todo, a las importantes aportaciones realizadas desde el ámbito judío a la Astrología, y por extensión a ciencias como la Astronomía, Matemáticas o la Medicina. Aportaciones que van no sólo desde la perspectiva de la práctica de la vieja ciencia mesopotámica, en sus versiones astrológica y astronómica, sino también desde el ámbito de la especulación en los campos científico, filosófico y religioso.

Posiblemente la explicación haya que buscarla en el temor, secular, no exento de misoneísmo, subyacente en diferentes ámbitos a la hora de tratar el asunto de la Astrología. En lo que al ámbito religioso respecta, porque la aceptación de la teoría y la praxis astrológica suponen un choque frontal con la esencia misma de la religión judía. En cuanto al ámbito científico, el tratamiento que recibe la astrología judía no difiere del que se le da a la Astrología en general: rechazo generalizado a lo que se considera simple superstición. Una actitud decimonónica basada  en  la  idea  racionalista  imperante que afortunadamente se está viendo superada por la investigación científica.

Una situación que, afortunadamente, queda parcialmente compensada, sobre todo en las últimas décadas, gracias a las aportaciones de autores con trabajos que, aun siendo en general de contenidos astrológicos específicos, no dejan de poner de manifiesto la fecundidad de la relación de los judíos con la Astrología en general.


Los judíos y la Astrología
La dimensión universal de la Astrología se pone de manifiesto en el hecho de que prácticamente ninguna religión ni corriente del pensamiento se haya sustraído, de una u otra forma, a su influencia. En el caso de las tres grandes religiones monoteístas semíticas, tal afirmación queda constatada entre abundante presencia de vestigios de índole astrológica, en sus correspondientes textos sagrados.

En el caso del judaísmo1, la relación de los judíos con la Astrología se evidencia en los propios textos sagrados, que, además de las propias referencias astrológicas, se hacen eco de la práctica de la Astrología por otros pueblos2. Todo ello pone en evidencia que los judíos, como los pueblos de su entorno, conocían y practicaban la Astrología.


1. En el propio Génesis hay una referencia de claro tinte astrológico: «Haya lumbreras y sirvan de señales». Gn. 1.14.

2. En Jeremías se hace referencia a tales prácticas: «Ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones lo teman». Jer. 10,2.

3. Pueden servir de ejemplo las abundantes referencias astrológicas contenidas en los Manuscritos de Qunrán.
 Hay sin embargo dos circunstancias que configuran la larga e intensa relación de los judíos con la Astrología: la religión y la diáspora.
Respecto de la primera, porque la práctica astrológica tiene lugar en el contexto religioso característico del pueblo judío, siendo que el principio sobre el que se fundamenta su religión es la absoluta omnipotencia de Dios.


Principio que, en rigor, sufriría un evidente menoscabado con la creencia y con la práctica de la Astrología.
Además, los límites, a veces difusos, entre Astrología y Astrolatría4, y las conexiones de la primera con la magia dará argumentos a los detractores de la Astrología, que en ocasiones mostrarán su hostilidad hacia su práctica.


4. En el Deuteronomio, queda reflejado el rechazo hacia la astrolatría, el espiritismo o la magia, lo que no sucede con la Astrología propiamente dicha. La adivinación se condena también en el Levítico, XIX, 31, en el Deuterono mio XVII, 10-11 y en Isaías XLVII, 13.

5. Es el caso de Maimónides, que ataca con virulencia todas las prácticas adivinatorias.
Sin embargo existen, en el propio seno del judaísmo, algunos condicionantes que influyen en las relaciones de los judíos con la Astrología:
  • Primero: En la literatura vetero-testamentaria, tiene lugar, frecuentemente, la incorporación del lenguaje astronómico.
  • Segundo: El cumplimiento litúrgico conlleva la necesidad de conocer con exactitud el calendario lunar.
  • Tercero: Algunos pasajes de los textos sagrados6 llevan implícita la aceptación de la Astrología.
6. Situación que se produce tanto en el Talmud como en la propia Mishnah y en algunos misdrashim, y que se traducirá en agrias polémicas a favor y en contra de la Astrología.
La inexistencia en el judaísmo de una jerarquía centralizada que dicte el dogma hará posible el que la teoría y la práctica de la Astrología sean realizadas con el beneplácito de los rabinos, que en ocasiones serán también astrólogos7, hasta el punto de configurar toda una tradición rabínica favorable a la Astrología.

7. Que para evitar la acusación de idolatría añadirán a sus predicciones alguna fórmula en la que conste que la voluntad de Dios está detrás de ella.
Con relación a la diáspora, hay que hacer hincapié en la biculturalidad que caracteriza las relaciones de los judíos con las diversas culturas8 con las que han convivido y cuyos saberes, además de asumir, transmiten.
 
8. Algo paradójico en un pueblo tan celoso de su tradición y que se adapte al contexto que le toca vivir, adoptando su cultura e integrándola en la suya propia. Cfr. FERNANDEZ VALLINA,  «La  huella  judía  en  la  cultura  española», en SÁENZ BADILLOS (ed), Judíos entre árabes y cristianos. El Almendro, Córdoba, 2000, p. 21. Señala también el autor el llamativo caso de Sefarad, ya que en ella permanecieron los judíos más de 15 siglos.
Así, el exilio babilónico9, permitirá a los judíos conocer la propia cuna de la Astrología, el solar en el que ésta había surgido como el sistema de adivinación más característico.

9. La estancia de los judíos en Babilonia encuentra diversos ecos en la literatura bíblica, por ejemplo la Biblia desarrolla una concepción lineal del tiempo, y una cierta idea de un destino escrito en el cielo; toda una idea característica de la astrolatría mesopotámica.


En época helenística, la importantísima colonia judía de Alejandría tendrá igualmente oportunidad de conocer in situ el lugar donde la Astrología adquiere su carta de naturaleza, ya que es en esta ciudad donde la confluencia de las culturas egipcia, griega y mesopotámica harán posible la elaboración de las bases teórico-prácticas del saber astrológico. 

10. Los judíos helenizados se muestran favorables a la Astrología llegando a conciliar su tradición religiosa con ciertos aspectos del saber astrológico. Pero será siglos más adelante, en los territorios bajo dominio islámico, donde de produzcan una serie de circunstancias favorecedoras para la relación de los judíos con la Astrología.


La Astrología Judía en Sefarad
España ha sido la patria de los judíos durante más tiempo que cualquier país en el que han vivido, incluyendo su actual patria, Israel. ROTH, N., «Coexistencia y confrontación de judíos y cristianos españoles», SÁENZ BA- DILLOS (ed.), op. cit.,p. 87. 

La minoría judía, oprimida bajo los visigodos, presta su colaboración11 entusiasta a los árabes para la conquista de la Península Ibérica12, pasando así a convertirse en minoría protegida. Muy pronto, en el Andalús califal, como sucedía en el califato de Bagdad, que siempre fue el referente a emular, tiene lugar el acceso de personalidades judías a los círculos culturales, científicos y políticos, en los que la Astrología estaba presente13.


Una buena prueba de ello es el caso de Hasday Ibn Saprut, que tuvo una importante actividad en la corte de Abd al Rahman III15, y que servirá de ejemplo para los judíos españo les, que pasan a desempeñar un papel cada vez más destacado en todas las áreas. En Córdoba, como en Bagdad, los califas tuvieron sus astrólogos personales, costumbre que se convertirá en una tradición secular, oficiada casi siempre por astrólogos judíos.

11. La situación de los judíos en la España visigoda era especialmente trágica. La legislación visigoda se caracterizaba por ser antijudía, siendo muy numerosas las leyes específicas contra la población hebrea española. Una población que se salvó de una extinción segura gracias a la llegada de los musulmanes. ROTH, N., «Coexistencia y confrontación de judíos y cristianos españoles», en SÁENZ BADILLOS.


12. Conquista que leyendas árabes achacaban a los conocimientos astrológicos de los conquistadores, es el caso del caudillo Músá Ibn Nusayr, principal responsable de la conquista, el año 712, a quien Ibn Habíb le atribuye una reputación de astrólogo. CASTELLS, M., «Notas astrológicas y astronómicas en el manuscrito árabe 873 de El Escorial», Al-Qantara, XII (1991), pp. 19-58.

13. Al respecto cabe señalar la referencia del profesor Vernet, en el sentido de que «España fue en la Edad Media el mayor centro cultural del mundo gracias a los musulmanes y los judíos». VERNET, J., Lo que Europa debe al Islam de España. El Acantilado, Barcelona, 1999, p. 44.
14. Hasday Ibn Saprut tenía también la condición de médico, profesión que en la Edad Media estaba íntimamente ligada a la de astrólogo.


15. Bajo el califato de Abd al Rahman III, se dan una serie de circunstancias que favorecen el acceso de los judíos a los diferentes ámbitos culturales, científicos y políticos, siendo el señalado Hasday ibn Saprut un modelo paradigmático.
Tras la desintegración de Al-Andalus16 en reinos de Taifas, los nuevos gobernantes siguen  contando con la colaboración  de los astrólogos judíos, quienes llegan prácticamente a monopolizar el ejercicio de este saber. Una situación que continúa en los reinos cristianos tras la Reconquista.

 
16. Anunciada por los astrólogos, así como la guerra civil subsiguiente. VERNET, op. cit.,p. 65.
17. Esta época es para el profesor Vernet la de máximo esplendor de la ciencia española.
La relación de los judíos con la Astrología se produce en todos los niveles.


En las propias comunidades judías, se pretendían encontrar en ella los signos que indicaran la llegada de un mesías que los sacase de la incertidumbre generada por los cambios políticos.
Los judíos, como los miembros de las comunidades cristiana y musulmana, confiaban su futuro a la pericia de los astrólogos. En las áreas del poder político, la figura del astrólogo judío es común en todas las cortes.

 
En el ámbito cultural los judíos siguen ejerciendo su tarea de traductores18, vertiendo al latín y al castellano las obras de Astrología escritas en árabe.
Importantes son también las aportaciones técnicas que llevaron a cabo en instrumentos de observación y cálculo como astrolabios, relojes auxiliares, aparatos de observación y tablas astronómicas.

18. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en Yohanan ibn Daud, que tradujo más de una decena de tratados astrológicos del árabe al latín, y en el siglo XI un judío zaragozano, Chicatella, realizó traducciones del árabe al hebreo.

19. Una de las obras ideológicamente más importantes de la Baja Edad Media fue el Tratado de Astrología de Ali Abenragel, que Alfonso X mandó traducir al castellano al judío Yehudá Mose, bajo el título de El libro conplido de los iudizios de las estrellas.

20. El profesor Cantera señala que no hubo prácticamente ningún equipo de investigación astronómico en la España medieval que no contara con la presencia en mayor o menor medida de sabios judíos.

Los astrólogos judíos españoles conocían los tratados generales de astrología griega, traducidos al árabe en los siglos VIII y IX, generalmente por judíos, y al latín y hebreo desde finales del XI por miembros de la misma comunidad.

 Figuran, además, entre sus fuentes, algunas obras que conviene señalar, porque gozaron  de  especial  predicamento  entre las comunidades judías de Sefarad:
Clavicula Salomonis, obra judía que en época medieval se atribuyó al propio rey Salomón, que era una síntesis de Astrología y magia.
 
 
En la Edad Media, la ciencia tenía una consideración radicalmente distinta de la que hoy tenemos, ya que se contemplaba desde un punto de vista global, muy alejado por tanto de su actual especificidad. En ese contexto, la Astrología no sólo era considerada ciencia, era la ciencia por antonomasia.

Su amplio campo de aplicación, derivado de su carácter multidisciplinar, mantenía estrechos vínculos con la magia, la alquimia y la medicina, saberes que, en su praxis, precisaban del concurso de la Astrología.



21. Un buen ejemplo lo tenemos en la primera mitad del siglo XII, en que la principal demanda de libros en toda la Cristiandad, era la de libros de Astrología.

22. La elección del momento más adecuado para la práctica mágica, para el trabajo alquímico y, sobre todo, para tratar las enfermedades del ser humano, se hacía utilizando diferentes métodos astrológicos.


Fuente

https://espacoastrologico.com.br/la-astrologia-y-el-judaismo/


LVX



26/11/2019

 

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